martes, 12 de julio de 2016

La Amazonía

La Amazonía es un área con extraordinaria concentración de biodiversidad de importancia mundial, tanto en especies y ecosistemas como en variación genética. En su conjunto, es una región de un gran potencial económico para el hombre. Evitar la reducción de esta diversidad biológica por pérdida y transformación de hábitats y ecosistemas, extinción de especies, reducción de diversidad genética, e introducción de especies exóticas, entre otras causas, es uno de los mayores retos ambientales que enfrentan los países con territorio en esta región.

En toda la Amazonía, a pesar de la gran heterogeneidad de la zona, se presentan similitudes en muchos de los patrones gruesos de biodiversidad, riqueza de especies y endemismos. De igual manera, se identifican causas de cambios ambientales de orígenes similares, así como impactos y oportunidades para su protección y uso.

1. Biodiversidad Amazónica

La biodiversidad amazónica es sinónimo de abundancia y de complejidad de los ecosistemas y se ha desarrollado en un vasto territorio, sin que las fronteras políticas afecten sus patrones de funcionamiento. La Amazonía ha aportado diversos productos de gran importancia para el mundo (por ejemplo, caucho y cacao). Sin embargo, se evidencia un proceso de deterioro de la biodiversidad, entendida no sólo como un conjunto de ecosistemas y especies, sino también como diversidad genética y cultural. Los pueblos indígenas son conocedores, usuarios y conservadores de la diversidad genética y de los conocimientos tradicionales de valor ancestral. Algunos estudios señalan que en la Amazonía los pueblos indígenas usan aproximadamente 1.600 especies de plantas medicinales para curar diversas enfermedades, aunque la cifra puede ser mayor debido al alto grado de endemismo de las plantas amazónicas.

Lamentablemente, gran parte de estos conocimientos etnobotánicos se están perdiendo por la aculturación o la desaparición de algunos pueblos indígenas (Álvarez 2005).

2. Patrones de la biodiversidad

En términos generales, los ecosistemas siguen un patrón latitudinal a nivel global: los ecosistemas tropicales son más ricos en especies que los ecosistemas templados fríos de latitudes altas (Walter 1985, Gaston y Williams 1996). Un patrón similar se observa para grupos taxonómicos más altos (géneros, familias) (Blackburn y Gastón 1996), el cual es atribuido tanto a factores físicos (por ejemplo, clima, geología, edafología, barreras geográficas, etcétera), como a la capacidad de las especies para ocupar y adaptarse a las condiciones abióticas y bióticas del medio ambiente.

La Amazonía ha sido considerada como una de las áreas más ricas en diversidad biológica en el planeta, y se estima que alrededor de 10% del total de las especies de plantas se encuentran en esta región (Prance, Beentje, Dransfield y Johns 2000). La región amazónica es fundamental para el mantenimiento del equilibrio climático global y la conservación y el uso de la diversidad biológica y cultural, y de los conocimientos tradicionales. Aunque por muchos años esta región fue considerada como un área relativamente homogénea, estudios recientes documentan heterogeneidad espacial y diferencias florísticas entre sitios que previamente se creían similares (Tuomisto y Ruokolainen 1997).

Las explicaciones sobre la alta diversidad de especies y patrones biogeográficos de la Amazonía se han basado en diferentes factores, como, por ejemplo, factores climáticos e históricos (Simpson y Haffer 1978; Josse, Navarro, Encarnación, Tovar, Comer y Ferreira 2007). La heterogeneidad espacial que se presenta en la Amazonía se ha explicado por diferencias en geología y geomorfología que producen ambientes con una alta diversidad de sistemas de drenaje y calidades de suelo, que llevaron a diferencias importantes en la composición y estructura de los ecosistemas. Josse et al., 2007) precisan la importancia de afinar criterios según zonas, sobre todo cuando éstas presentan grandes diferencias entre sí, como la Amazonía. Por ejemplo, indican que en el caso de la zona montañosa, los pisos altitudinales y el bioclima son criterios clave, en tanto que en la llanura aluvial, la topografía, la hidrografía y la dinámica de las inundaciones son factores que explican la distribución espacial de las comunidades vegetales.

La gran diversidad de especies de flora y fauna en la Amazonía ha facilitado su uso tradicional como fuente de alimento (agricultura o recolección de productos naturales), artesanías o medicina tradicional. Existen más de 2.000 especies identificadas como plantas útiles para fines alimenticios y medicinales, así como también para la elaboración de aceites, grasas, ceras, etcétera (Secretaría Pro Tempore del Tratado de Cooperación Amazónica 1995). La pesca es la principal fuente de proteínas para las poblaciones locales de la Amazonía, por encima de la caza.

El  uso  principal  de  la  fauna  silvestre amazónica es la caza y pesca para alimento de las poblaciones locales amazónicas; menos frecuente es el uso medicinal o para la artesanía tradicional. Además, los grandes mamíferos, como pecaríes, tapires, roedores, venados y grandes primates y tortugas fluviales y terrestres, proporcionan el volumen principal de la carne de monte (Secretaría Pro Tempore del Tratado de Cooperación Amazónica 1995). Otro uso de la fauna amazónica es la captura de animales silvestres para mascotas, actividad comercial limitada y regida por las normas de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en todos los países amazónicos.

La alta biodiversidad de la región ha favorecido también el desarrollo de actividades económicas en torno a la biodiversidad; por ejemplo, la acuicultura, el ecoturismo, la zoocría, la agroindustria, la caza o la extracción forestal (de especies maderables y no maderables) (véase las secciones 3.2 y 3.4).
El bosque es la característica significativa de esta región (véase la sección 3.2 de este mismo capítulo). En la Amazonía pueden distinguirse cinco grandes categorías de vegetación (Kalliola, Puhakka y Danjoy 1993; Domínguez 1987; Prance 1979, 1985; Huber 1981; Sierra 1999):
  1. Bosques inundables: clasificados en siete subcategorías en función del régimen de inundación y el tipo de agua (Prance 1979).
  2. Bosques de tierra firme: incluyen los bosques de colinas (campinarana) y los complejos de bosques altos (piedemonte, sierra).
  3. Tepuyes y pantepui.
  4. Sabanas montanas.
  5. Sabanas secas y húmedas: se encuentran en la Amazonía junto con varios tipos de vegetación acuática y pantanosa a lo largo del sistema fluvial de la cuenca amazónica.
Figura 1. Las cinco grandes categorias de vegetación amazonica: a) Bosques inundables; b) Bosques de tierra firme; c) Tepuyes y pantepui; d) Sabanas montanas; e) Sabanas secas y húmedas; f) la gran biodiversidad amazónica.

Las plantas exhiben un claro gradiente de diversidad de este a oeste, de modo que la abundancia de especies es mayor en las estribaciones de los Andes (Gentry 1988), lo cual también ocurre con muchas especies de animales (Brown 1999). Gentry (1988) atribuye este fenómeno a la presencia de suelos más fértiles, mayor precipitación pluvial y menor grado de estacionalidad en los climas del alto Amazonas.

Adicionalmente, en el caso de especies de plantas, muchas pueden ser consideradas como propias de condiciones de suelo específicas y su distribución geográfica está correlacionada con la distribución de ciertos tipos particulares de vegetación, como es el caso en la región amazónica (De Oliveira y Daly 1999). No obstante, también sucede en muchas ocasiones que un área con un mismo tipo de vegetación, o con poca variedad, presenta especies con patrones de distribución geográficos totalmente distintos, atribuidos generalmente a eventos históricos y divergencia evolutiva de las poblaciones (Prance 1982; De Oliveira y Daly 1999).

3. Importancia

3.1. Ambiental

A nivel de todo el planeta, tenemos tres regiones que se comportan como si fuesen motores de un mismo sistema, que impulsan los vientos y la humedad alrededor del mundo: la Amazonía, el oeste de África que también tiene bosques tropicales y mucho calor, y el sudeste de Asia.

Si la Amazonía dejase de funcionar como Amazonía, si el bosque fuese más seco por ejemplo, sería como apagar uno de los motores. Los cambios en los patrones de lluvias no solo ocurrirían en la región sino en todo el mundo, incluyendo Europa y Estados Unidos".

Y a nivel de la región, cambios en la Amazonía pueden crear impactos inesperados: puede pasar que las lluvias de un mes se acumulen en un día, tendríamos lluvias muy, muy intensas y luego períodos secos muy intensos.

3.2. Económica

La generación de energía hidroeléctrica y la exportación de productos agropecuarios dependen de la lluvia producida por la Amazonía por lo que si esta es destruida repercutiría significativamente en la economía.

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Recuperado de: PNU. 2009. Perspectivas del medio ambiente en la Amazonía: Geo Amazonía.

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